Esquiva infiel
Anoche fui a buscarte otra vez, el insecto me contó que andabas por la calle del pecado; le dije al duende que si te quería conocer y en medio del humo te mandó muchas saludes, ramón y yo salimos disparados para ver si por fin te encontrábamos, nos sentamos a esperarte en medio del ruido de las sirenas y a un man que pasaba le pregunté por vos y me contó que andabas en el bar de los maricas, el que queda subiendo las escaleras, me miró extraño y se fue haciendo señas de que estaba loca. Prendí un pucho y llegamos caminando al bar; abajo, en la entrada estaba Yob, el más marica de todos, le dije que venía a buscarte y riéndose me dijo que subiera, que todo bien, que seguro me estabas esperando, -¿vos sos de confianza sí o no? Quedáte con ramón que de pronto vuelvo- le pedí; corriendo subí las escaleras; estaba oscuro, muy oscuro, y todos gritaban; yo no veía un culo; pero igual empuje y empuje hasta quedar de primera; en la pista habían como cinco policías y detrás de la barra una loca toda ensangrentada que lloraba a los gritos. Los tombos estaban agachados sobre una linda travesti que tenía un cuchillo en la mano, olía a sangre, a vos, sabía que estabas allí, me acerque más, para verte, para encontrarte y ya no perderte; en ese momento uno de los tombos se para y le patea la cabeza a la travesti que sonó como cuando se parte la rama de un árbol; vos te reíste y la besaste, voltéaste a verme y te esfumaste. Y yo me quede mirando cómo te alejabas otra vez y ahora tendré que esperarte delante de un carro de valores.
Cat bristol
Enero 2011